La Habana, Cuba. Por estos días ha regresado la vieja y siempre malsana moda de atacar a intelectuales y artistas cubanos.

Y es que hay una rémora de derecha que desde hace muchos años vive de ensañarse con quienes hacen arte cubano desde Cuba.

Haila, Alexander Abreu y el escultor Wilfredo Prieto son los más recientes blancos de una sucia andanada, cuyo terreno de operaciones está en las redes sociales.

Desde ahí, se denigra, se ofende y hasta se amenaza al escogido, siempre que sea alguien que ha hecho opción por la Numancia caribeña.

Y las redes se han convertido en un potrero donde cualquiera lanza contra el ventilador el odio y las frustraciones políticas, con actitudes que peligrosamente coquetean con un terrorismo de nuevo cuño.

Si, porque también artistas e intelectuales han sido víctimas del otro terrorismo, el que mata sin piedad.

Vieja guerra

Desde los años 60, Los Van Van han tenido que lidiar con varias amenazas de atentados con explosivos.

Dondequiera, en Estados Unidos o en Costa Rica las intimidaciones siempre han chocado con el muro armónico del llamado Tren de la Música Cubana.

Pero hay quienes han hecho mayores payasadas, como los que en Miami hace unos años rompieron con una aplanadora discos de Carlos Varela y Pablo Milanés o quemaron un cuadro de Mendive.

Nada de eso ha quedado atrás. Ahora las redes sociales son el terreno preferido para alentar la subversión desde Estados Unidos, cuyo gobierno destinó este año para esos fines unos 40 millones de dólares.

El linchamiento mediático de intelectuales y artistas es parte de una vieja guerra que tiene los mismos objetivos desestabilizadores, aunque ahora ponga el odio extremista sobre el arte.

Etiquetas: - - -