Médicos cubanos han salvado miles de vidas en África

La Habana, Cuba. – No es casual que dos vicepresidentes cubanos acaben de realizar una extensa gira por varios países africanos. Tampoco es fortuito que por estos días esté en La Habana el presidente de Ghana. Ambos hechos, desconectados en el tiempo y el espacio, tienen  no obstante una relación directa con los centenarios lazos entre Cuba y África.

Ambas partes establecieron un nudo invisible e indivisible desde que los primeros esclavos africanos llegaron a nuestro país a inicios del Siglo XVI, aunque la trata negrera tomaría auge a finales del XVIII con el crecimiento de la industria azucarera.

Aquellos hombres y mujeres arrancados de África dejarían aquí no solo su sudor, sino también la vida. La sangre africana pasó así al caudal genético de la nación, al que aportó una cuota de rebeldía y orgullo patrio.

Sangre cubana en África

Cuba ha sido el único país del mundo que ha derramado la sangre de sus hijos para que las naciones africanas encontraran el camino de la independencia. Pero más allá de esa voluntad solidaria, defendida con las armas en la mano, también en los más remotos rincones de ese continente hay desperdigados unos 5 mil  colaboradores de la salud, educación, construcción, deporte y agricultura, muchas veces en lugares donde nadie quiere ir.

¡Cómo olvidar la epopeya cubana de lucha contra el ébola! ¡Cómo soslayar la pronta ayuda a los damnificados en Mozambique tras el paso de un violento ciclón!.

La presencia cubana en el Continente Negro ha sido constante en los últimos 60 años, una etapa en la que cobramos conciencia de que Cuba está en África y África está en Cuba.