El mundo rechaza el bloqueo contra Cuba

La Habana, Cuba. – El bloqueo económico y financiero de Estados Unidos a Cuba sigue tan robusto como el primer día, aunque ya sobrepasa el medio siglo de existencia.

Sin temor a equivocación alguna, se puede decir que el bloqueo es el principal obstáculo que enfrenta hoy Cuba y su peso cae como centella sobre la cabeza de generaciones enteras que han nacido y crecido bajo el impacto de tal práctica genocida que tiene como objeto declarado incrementar las penurias y el hambre de los cubanos, con la peregrina idea que un día hagan armas contra su propia Revolución.

Cuando faltan pocas horas para que las Naciones Unidas vuelvan a votar el Informe de Cuba sobre daños y perjuicios del bloqueo económico, comercial y financiero, un repaso a las cifras evidencian el carácter agresivo de esa política, rechazada por la mayoría de los países representados en la ONU, reclamo al que los Estados Unidos hace caso omiso una y otra vez.

Los daños financieros y económicos causados a Cuba siguen creciendo en la medida que la parte norteamericana mantiene su obstinada posición.

Datos contabilizados tomando como referencia la depreciación del dólar frente al valor del oro en el mercado internacional, fijan los daños en 753 mil 688 millones de dólares, mientras una valoración de los efectos del bloqueo tomando como referencia los precios corrientes, indican perjuicios por más de 125 mil 873 millones de dólares, algo que ningún país del mundo ha tenido que enfrentar en toda la historia.

Un elemento que agrava el efecto nocivo del bloqueo está en su carácter extraterritorial, dado el interés de los Estados Unidos por perseguir y obstruir cualquier transacción financiera o comercial de la isla, en terceras naciones.

El Informe de Cuba sobre daños y perjuicios del bloqueo económico, comercial y financiero documenta decenas de ejemplos de esa política, que van desde multas a bancos y entidades que se relacionan con Cuba, hasta el cierre de contratos, la negación de servicios y otras zancadillas colocadas en el camino de las relaciones cubanas con otras naciones.

Con celo las autoridades norteamericanas fijan acciones contra los sectores más estratégicos de la economía cubana, con el marcado interés de hacer el mayor daño posible. Sectores como el níquel, el azúcar, la biotecnología y la salud son blanco de esa irracional política, mientras el acceso a créditos y cualquier transacción financiera también aparecen entre los objetivos del bloqueo.

Aun cuando el bloqueo es rechazo por el mundo y en los propios Estados Unidos cada día se suman más voces contra el mismo, la administración Obama -aun cuando ha dado algunos pasos en la dirección correcta- pasará a la historia como el gobierno que más penalizaciones y multas aplicó a bancos y empresas que se relacionan con La Habana.

Cuando falta muy poco para que el mundo se pronuncie una vez sobre este tema, un reconocimiento a la resistencia del pueblo cubano y otra vergonzosa derrota para el imperio se vislumbra marcada con el número 25.

 

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